Los Objetivos de Desarrollo del Milenio

El ODM 1 tiene como meta reducir a la mitad entre 1990 y 2015 el porcentaje de personas con ingresos inferiores a un dólar al día. También busca alcanzar el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, incluidas las mujeres y los jóvenes. La meta final de este objetivo es reducir a la mitad el número de personas que padezcan hambre.

El mundo en desarrollo en su conjunto está en camino de alcanzar la meta de reducción de la pobreza para el año 2015. La tasa de pobreza general, se prevé que descienda a un 15 por ciento en 2015, que se traduce en unos 920 millones de personas que viven bajo la línea internacional de pobreza – la mitad en número que en 1990. Sin embargo, las grandes disparidades entre las regiones, como por ejemplo en el África subsahariana, pone a la deriva esta meta. Y si bien se ha avanzado considerablemente en la reducción del hambre en algunas regiones, es poco probable que esta parte de los ODM sea alcanzada de manera global. Más de mil millones de personas están desnutridas y se acuestan con hambre cada noche.

Este objetivo tiene como meta que para el año 2015, los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria.

Cuando la población, especialmente las mujeres, puede leer y escribir, los ingresos y la salud en las comunidades aumenta. Cada vez hay más niños y niñas que van a la escuela en los países más desfavorecidos.

Sin embargo, es improbable que este objetivo se cumpla en 2015. Todavía hay alrededor de 75 millones de niños que aún no tienen la oportunidad de ir a la escuela, más de dos tercios de los cuales son niñas.

Los ODM en materia de género buscan que mujeres y hombres sean tratados por igual. Un primer paso es que el mismo número de niños y niñas vaya a la escuela. Este objetivo también pide una mayor protección y promoción de los derechos de la mujer y que no se vean cargadas de tantas responsabilidades domésticas. Se pide a los países que hagan políticas para explicarles las opciones que tienen en referencia a la fertilidad, la sexualidad y el matrimonio. Las recomendaciones específicas incluyen la adopción de leyes para proteger a las mujeres contra la violencia y la discriminación en la sociedad y en el lugar de trabajo, y formarlas para se conviertan en líderes de sus comunidades.

A nivel mundial, el número total de muertes de menores de cinco años disminuyó de 12,5 millones en el 1990 a 8.800.000 en 2008. Esto significa que, en 2008, 10.000 niños menos mueren cada día comparado con 1990. Etiopía, Malawi, Mozambique y Níger han visto reducir la mortalidad infantil espectacularmente, en un porcentaje de 100 muertes por cada 1.000 nacimientos desde 1990. Pero a pesar de estos logros, el Objetivo del Milenio no está bien encaminado para el año 2015.

El objetivo es reducir en tres cuartas partes la proporción de mujeres que mueren durante el parto, y lograr el acceso universal a la salud reproductiva.

Actualmente es complicado saber la tasa de mortalidad materna porque no hay cifras reales, no se están registrando. Pero los expertos coinciden en que el número es muy alto. El riesgo de morir en el parto o por complicaciones durante el embarazo refleja las grandes desigualdades a nivel mundial. Mientras que la mortalidad materna es muy alta en países subsaharianos, mujeres de Europa y América del Norte tienen acceso a atención sanitaria básica, por lo que las cifras se reducen drásticamente. La falta de personal sanitario es uno de los factores que impiden que este objetivo se cumpla en muchas partes del mundo en vías de desarrollo.

La propagación del VIH parece haberse estabilizado en la mayoría de las regiones, y más personas sobreviven por más tiempo. El África subsahariana sigue siendo la región más afectada, representando el 72 % de todas las nuevas infecciones por el VIH en 2008. Doce veces más personas reciben ahora tratamiento contra el VIH que en 2003. Sin embargo, por cada dos personas que inician el tratamiento cada año, cinco se infectan con el VIH.

Se debe reducir a la mitad la proporción de la población que no tiene acceso regular al agua potable y saneamiento básico para el 2015. Este objetivo pide a los gobiernos que hayan mejorado significativamente las vidas de al menos 100 millones de personas que viven actualmente en barrios de chabolas.

Si las tendencias actuales continúan, el mundo cumplirá el objetivo del acceso sostenible a agua potable para el 2015, pero como la mitad de la población mundial carece de acceso a saneamiento básico, el objetivo no se cumple.